SEGUNDA PARTE
Nunca mueres, aunque caigas dos veces
Tus ojos han visto caer las columnas de Olimpia
han visto levantar el purpúreo sentimiento
encadenar la rabia esperpéntica
la realidad transmutarla en innoble acto.
Cierra los ojos, silencia tus oídos
nada has de percibir
imaginaras el nuevo mundo
que ya ha fenecido.
Adéntrate a ti mismo
navega en tu interior
reposa en la nada
sin sentimientos ya.
La culpa de verla y no poder gritarle
sentir su respiro y no definir su olor
tocarla en la oscura blanquecina del aire
y aunque palpita tu corazón, ella se aleja sin dejarse ver.
El perfecto mundo huye del pensamiento
ya no hace falta el esfuerzo de la felicidad
la opresión de lo deseado te abandona
la fantasía pierde su infancia y su inocencia.
Los sueños se esconden entre las rocas del mar
se multiplican en piedras pequeñas
es insuficiente la realidad para entenderlos
su apariencia inocente engaña su intención.
La historia se esconde en las páginas de los libros
los errores tienen su precio
la ilusión demandada compromete
la prudencia es necesaria e inevitable.
Dejar pensar es liberar las penas
la fe ha producido mucho dolor
la esperanza es finalidad en si misma
florecerá el mundo cuando abone mi cuerpo.
En este mar de piedra
deslizo mi cuerpo
floto como una hoja
sin dolor.
Un silencio de roca
perfora el alma
gritos de piedras
cantan un himno.
Juntan las risas
rocas divertidas
es el alma en su drama
endurecida por sufrir.
Manos callosas
tallan el viento
con siluetas de llantos
mirando tus silenciosos ojos.
Viajero soy
Camino de piedra
Sol inclemente
extranjero de otras dimensiones.
Flores altivas
olores penetrantes
Sensibiliza el alma
trae tu recuerdo
El agua expande su sed
quien la reparte ni la siente
es el vuelve a la vida de la tierra
una semilla renace en el espíritu del hombre.