Uretra
¡Ay, si estoy como un pequeño pistilo!,
no me da ni para orinar,
pero, muy seguro en placer,
no me queda nada más,
pues, alguien de seguro quedó satisfecho,
y la pobre uretra que me queda,
no me da ni para orinar,
pues, era grande y tan inmenso,
y ahora sólo queda un pobre pistilo,
que ni se siente como órgano feminino,
sino que ya ha desaparecido…
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez
EMYZAG