Inmerso en mi ración
me hago el doble yo de ansioso
por la otra
sin ver aún quién soy,
la vida que me escoge.
Sigo en la estación
huido de todo lo que arriba
me reclama ahora a voces,
que yo no estuve
por las nubes esa noche.
Eso son tan solo los temblores
y aunque caigan las paredes
para siempre estaré a salvo
de traiciones y de engaños...