Recuerdo tiempos exactos,
una humedad marina que
nunca fue mía, como tampoco
lo fueron, las senderos que
se tuvieron, para luego perderse
por cualquier callejón sin salida.
Recuerdo tener sueños, ideas,
maleficios contra la austeridad,
conceptos que ponían en riesgo
mi integridad; en fin, tuve unos padres
que ya no tengo, por desgracia.
Recuerdo la higuera del patio,
y los caracoles del solar vacío.
Y la verdad, poco más-.
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