Sir Frido D\'Antuna

Misticismo y ReligiĆ³n.

El Judaísmo; el islamismo; el cristianismo y demás movimientos espirituales basados en un Dios, en cualquiera de sus variantes.
Todos han matado a nombre de su credo tergiversado.

En su esencia primigenia. Estas religiones vibraban alto.
Sus creadores estaban a un nivel superior.
Pero fueron llevadas a la práctica y defendidas por las pasiones y los celos de gente inferior.
Personas que vibraban muy bajo y nunca estuvieron a la altura vibracional de su creador.

Ni los judíos vibran con Abraham; ni los cristianos vibran con Jesús; ni los islámicos vibran con Mahoma.


Todos han ido a la guerra o han hecho la guerra contra aquellos que no piense y actúe como ellos.

El Budismo se ha librado de esa violencia ( y aunque también muchos de los budistas NO vibren con Buda, jamás han llevado, a nombre del budismo, una cruzada contra los No budistas)

La base del budismo no es la salvación contra la perdición.
No es el cielo contra el infierno.
No son los buenos contra los malos.
En el budismo no hay guerra.

O sí la hay, pero interior. Contra sí mismo. 

Para los anteriores, las enseñanzas de que los soldados espirituales deben librar una batalla espiritual terminó tergiversada muchas veces  y tomada literalmente de que los soldados espirituales debían matar en una guerra terrenal. 

Cuando una humanidad que vibra muy bajo se adueña de una enseñanza que vibra muy alto, ambas terminan tergiversada.


No es la enseñanza la que se desacredita. Son las personas pasionales e inferiores que no estaban preparados para practicar la enseñanza.

La base de la enseñanza de Gautama el Buda, el solitario de los sakyas, no tiene un Dios, tiene una divinidad.

Para el budismo Dios no está en los cielos en forma de juez; sino que vibra en todas las cosas en forma de existencia  universal.

El budismo no tiene un Dios totalitario; tiene un creador de la totalidad.

No tiene acusados ni acusadores; tiene criaturas en desarrollo.

No tiene un Dios que es amor; tiene el Amor que es Dios.

Su enseñanza es tan elevada que no puede ser tergiversada ni aún por personas de muy baja vibración y entendimiento.

Gautama el Buda enseñó que el único pecado que es causa de todo dolor y sufrimiento es la ignorancia y que, el deber de cada ser humano es ser compasivo consigo mismo y en especial con los demás.


A penas se persive que están actuando mal; sufriendo o haciendo sufrir a otros por ignorancia, se debe tener misericordia por ellos y ayudarlos a salir de su ignorancia hasta donde estén preparados para recibir ayuda.
De lo contrario hay que dejarlos a que la vida misma les enseñe el camino hacia la iluminación. Es decir; hacia el amor incondicional y la compasión por todo lo creado.

La búsqueda no es hacia un Dios y un prójimo que está afuera, sino, hacia un Dios y un individuo que siempre estuvo adentro.

Desde el momento en que te identificas con un Dios personal,  divides a la humanidad.
De un lado los que se identifican con tu Dios y del otro los que no se identifican.

Cuando dices: soy cristiano; judío o musulmán o lo que sea;  estás señalando al resto como diferente y excluido. 

Cuando vives para salvarte a nombre de ese Dios está claro que los que NO suban al barco contigo, están perdidos según tu percepción y tu folleto dogmático.

Cuando Dios está en el cielo el ser humano está dividido. 
Incluso a nombre del mismo Dios pueden haber cientos de barcos con personas señalando al resto como náufragos en un mismo mar. 

Cuando Dios está en la tierra; en todas las cosas, en todas las personas, entre ellas y fuera de ellas. 
Hay armonía.

Si señalas a alguien, estás señalando también al creador que los habita. 

Cuando niegas a alguien, estás negando también al  creador que los habita. 

Si Dios es la totalidad; todos somos y todos nos necesitamos.

Si Dios es exclusividad; nos consumimos unos a otros aún cuando vayamos predicando el amor que no sentimos. 

El reto dentro de cualquier movimiento espiritual es lograr salvarse a sí mismo. La salvación siempre ha sido personal; nadie puede hacerlo por ti, si tú mismo no lo haces nadie lo puede hacer.

Pero la realidad es otra, pasan más tiempo enfrascados en una empresa destinada a fracasar, se les va la vida tratando de salvar al prójimo, no sin antes señalar sus diferencias y despellejar sus manchas para que puedan subir limpios al mismo barco.

El reto de los seguidores de Buda es conocerse a sí mismos y ver a Dios en la totalidad de la existencia creada. 

Todos somos uno con Dios, de una forma humilde y natural. 

No se trata de acentuar las diferencias para excluir y hacernos especiales a la vista de un Dios muy personal que además vendrá a excluir para salvar. 

El reto es ver a Dios en la totalidad y armonizar con todas las diferencias y trascender a un estado de conciencia superior. 

Lo anterior, es difícil. 

El resto, es imposible. 

\" no hay justo, ni aún uno \"