La vida no pasa, pasamos nosotros
por esa vereda sembrada de flores,
de zarzas, de sierpes, de dulces frutales,
de verdes praderas, de ardientes eriales
con lluvias, sequias, hambrunas, pandemias,
con guerras, con miedos, con risas con juergas,
a veces cantando entre los vergeles
otrora rabiando de miedo y de hambre
sin mapas, sin guías, siguiendo las leyes
de quien nos explota, de quien no nos quiere
felices y libres, seguros, conscientes
si no insolidarios, esclavos, cobardes
atados a un banco como galeotes.
¡Sigue tu camino, no vendas tus sueños
no compres tu ruina en cómodos plazos
que el amor te espera en cualquier jardín,
nadando en la playa, jugando en el rio
recogiendo fruta, oliendo el jazmín
¡ábrele tu pecho y empieza a vivir!