Me preguntaba
¡como era el hombre!
Si –pensaba-
¡Más! de lo que sentía
O al revés
Si “sentía” más
De lo que pensaba
Y de pensar. ¿qué pensaba?
Y cuando sentía, ¿cómo era eso?
Comencé a “envidiarlo”
Y ahí, supe
Lo que era “eso” humano
Envidia: su motor.