Tras el Cristal Enmohecido de mi Ventana,
que frágil en Pedazos Estalla,
Canto a la que fui.
A la Inocencia Trunca de esa Niña Abandonada...
A la Joven que Murió y Resucitó
Surcando Viles Experiencias Incontables...
A la Indescifrable Muerte
que se Inclina
en Cada Ocaso que Mustio, Entreveo.
A los Desvaríos de mi Alma
que No Llora
Mecidas mis Lágrimas Sin Sales
entre Vientos y Suspiros Intangibles.
La Ajena Vida, Asesina Diariamente
a mi Ser Desvanecido
que Aún Canta por las Noches.
Las Vanas Sílabas y Palabras
se Destrozan en Pedazos.
Y mi Alma, en Soledad
Divisa la Eterna Eternidad,
(que Muere Siempre,
Sola)...
(Patricia)