En el vagón de los sueños, un viaje emprendí,
donde todo es posible, donde todo es feliz.
Sus ruedas son de risas, su trenza es de ilusión,
y en cada estación, nuevos sueños encuentro yo.
El maquinista es un duende, travieso y juguetón,
con gorro de mil colores, y una gran imaginación.
Su voz suena como un cuento, que me invita a soñar,
a descubrir mundos mágicos, donde todo puede pasar.
En cada asiento del vagón, un sueño escondido está,
un castillo en el cielo, un barco que surca el mar.
Hay dragones que sonríen, y sirenas que cantarán,
y un bosque lleno de cuentos, que esperan despertar.
Viajamos entre nubes, que son algodón de azúcar,
y el cielo nos sonríe, con un sol que nunca oscurece.
Las estrellas son faroles, que iluminan nuestra ruta,
y la luna, nuestra guía, nos protege y nos escucha.
En el vagón de los sueños, amigos voy a encontrar,
niños de todos lados, con sueños por realizar.
Jugaremos a ser piratas, a ser magos, a volar,
construiremos castillos, y en dragones montaremos sin parar.
Cuando llegue la noche, con el manto de la luna,
en el vagón de los sueños, la aventura no termina.
Pues en cada dulce sueño, que nos susurre la brisa,
seguiremos viajando, hacia la magia que nos hechiza.
En este vagón, viajaré siempre feliz,
descubriendo mil mundos, dejando volar mi ser.
El vagón de los sueños, mi refugio y mi hogar,
donde todo es posible, y donde siempre quiero estar.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
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