Sembrada entre pedregales
la semilla no prospera,
y cuando cae entre espinos
no se toman frutos de ella.
Todos quieren de las mieles
y no saben que hay abejas
que fabrican para sí
sus más preciadas reservas.
Ayer escuché una voz
que parecía certera,
pero rodó en el abismo
como una pequeña piedra.
Por tu boca te castigan
y a golpes sacan tus muelas.
¡oh predicador infame
tu llano pasó a ser cuesta!
La palabra dulce y suave
aplaca la ira y tormenta,
mas esa lección saltaste
en tu afán de ser poeta.
La llovizna es torrencial
y mis siembras no se secan;
cuando quiero pido Sol
y así vuelo mis cometas:
son estos versos sencillos
que por nada se asemejan
a los del genio Martí,
pues no soy hombre de letras.
Sólo me recreo a veces
cuando la soga me aprieta,
y si quieren criticarme
no esconderé mi cabeza
siempre sea con respeto
y con los pies en la tierra.
W.M®