Carta No. 1
Día que no recuerdo,
lugar ignorado,
para ti escribo,
desde las efervescencias
de las palabras tristes.
A tu encuentro va,
un tren descarrilado,
un caballo desbocado por el miedo,
sin saber, si has sido leal
con este amor.
Carta No. 2.
Cuando el corazón llama,
la música calla desesperada,
sino respondes al llanto,
es porque no estas,
ni siguiera pensando,
cuando volverá.
Carta No. 3.
He buscado infructuosamente
verte a los ojos,
esquivos, melancólicos y llorosos,
signos de olvido,
de traición,
o de dolor, por otro, o por ti misma.
Carta No. 4.
Recuerdos furtivos,
de atardeceres,
de encuentros,
de risas,
de llantos,
de apretones de manos y abrazos,
signos de juventud,
signos de luchas,
el amor nunca ha sido fácil
para la humanidad.
Carta No. 5.
Las diferencias unen,
el agua y el aceite
siempre encuentran su equilibrio,
en algún momento se dividen,
así es el amor,
desequilibrado,
sospechosos de su misma sombra,
culpable de sus propios dolores.
Carta No. 6.
La locura del amor es infinita,
se detiene solo en una boca,
se aferra a unos ojos,
sobrevive a la muerte sobre otro cuerpo,
se emancipa sin saberlo,
al descubrirse libre,
para llorar,
para rogar,
para dejarse,
para abandonarse,
placentero,
sobre las sábanas de la felicidad,
de tristeza,
de sí mismo.
Carta No. 7
Transcurre el tiempo,
sin tiempo verdadero,
la carne llena de sentimientos,
una sensación de flote en el aire
mientras pisa tierra,
un rasgar del cabello, como si alisara
cuerdas de guitarra,
un ronquido de garganta como si gritara
silencio lacónico,
imperturbable,
como las vocales,
eternas,
es una sensación infinita.
Carta No. 8
Escribe como desaforado,
espera convencer con cartas,
con palabras suaves,
busca el perdón,
se acepte el error,
es hora de enmendar,
el alma lo necesita,
errar es un derecho inalienable,
culparse es condenarse sin juicio,
un poco de compasión es necesario,
las frases se alargan,
rompen el molde tradicional
de las postales.
Carta No. 9.
Escribe con violencia,
con rabia postergada,
pero consigo mismo,
se golpea con fuerza,
la nada lo detiene,
desembarca en la costa del corazón,
desemboca el torrente
de ilusiones esperanzadoras,
el libre albedrío se detiene,
insiste con las preguntas,
inentendibles, borrascosas,
confusas, enredadas,
como ruido de campanas, ni se dejan escuchar,
es su ruego,
no comprende el rechazo.
Carta No. 10.
No hay llantos ni risas,
la brisa baila con su cabello,
la altanería de su melena reta las palabras,
no ha escuchado ni ha leído,
no le interesa responder,
no fue su culpa, fue el tiempo,
la abulia de las tradiciones,
el mundo ha cambiado,
el amor no funciona igual,
son historias del pasado,
las cartas no tienen el mismo sentido,
se rompen y se fragmentan como las rocas,
duele aceptarlo, ella no quiere más,
es el punto final de esta correspondencia,
hay que darse por aludido y seguir, seguir, mirar al olvido, y levantar cabeza,
otros ojos voltearan y entonces el amor, ha vuelto.
Poemario Inédito
Cartas de amor para un corazón desconocido