En la tierra se desata el caudal de tu cielo.
Viaje cósmico que escala
y cautiva a los ojos.
Tu nube me envuelve con su manto
y el susurrro indiscreto de mi voz triste
se une con tu canto.
Son dos fronteras sin fronteras ondeando el arroyo
cuál lluvia tenue,
desembocando en un rio
cuál relámpago.
Ayeres
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