¡Qué belleza ven mis ojos
y ella cree que es hablilla!
Si en su rostro están dos perlas
que le adornan sus pupilas
y son perlas de canela,
que mis ojos… ¡Mucho admiran!
¡Qué belleza de natura
y ella insiste que es mentira!
De color anacarado
pintaditas sus mejillas
son muy suaves, son muy tersas
y galantes sus sonrisas.
¡Qué hermosura hay en su cuerpo
y repite es mentirilla!
Pero tiene un lindo pelo
que extasía con la brisa
cuando baila alegremente
al compás de sus caricias.
¡Qué belleza hay en su rostro,
aunque diga que es mentira!
Si al mirar sus dulces labios
este corazón palpita
con deseos de sentirle
su sabor a mandarina.
¡Qué beldad hay en sus manos
cuando sus caricias miman!
Y sus manos son dos alas
de una hermosa pajarilla
que al alzar su hermoso vuelo
hasta el cielo se ilumina.
¡Qué no vuelva ella a decirme,
que también eso es mentira,
si al tocarme voy con ella
en su vuelo a las colinas
donde siento la frescura
cuando suave me acaricia!
Ella es toda una escultura
y mis versos hoy la pintan
en un lienzo suave y puro
con grafitos de mi lira
que dibujo con mis tonos
y matices de alegría.
Y su boca con aroma
a una Rosa florecida,
a Jazmines y Amarantos
y también a Margaritas
me deleita cuando beso
esos labios de Amatista.
Solo espero que si lee
estos versos que me inspira
su silueta y su mirada,
no lo niegue ni me diga,
como lo hace muchas veces
que no es cierto, que es mentira.