Tengo que apretar mi garganta
para no soltar semejante gozo;
porque tal como tú eres
es incomprensible para mi alma;
tan alto es tu juicio
como tu mismo.
Nunca te alcanzaré
aunque tuviera las alas,
aunque construyera la torre fuerte
ayudándome los gigantes.
Aún si fuera un sabio
no alcanzaría tu conocimiento,
no entenderé por qué entiendo
que no entiendo tus caminos
y como al despertar estoy a tu lado
y al quedarme dormido.
Morir será vivir para siempre.
Morir es el anhelo
del cuerpo del que vive
por los siglos de los siglos.
Christian Jovani
(Derechos reservados del autor).