En el éxtasis de tú sonrisa
y tú efusiva mirada
mi alma débil y sumisa
se pierde anonadada.
La respiración entrecortada
de mi fallido aliento
en el aire me sustento
como ave esperanzada
que se lanza de la nada
y busca el horizonte;
me despierto sin consorte
pues fue solo un espejismo
de mis derrotas allí mismo
en un insensato sueño
dónde creí ser tu dueño.