Betty Romero

Confluencia


Un candelabro disipa
la incertidumbre de la noche,
ancla una luz milenaria
en los silencios vigentes.
Un reposo de paciencia blanca
distingue a la perla
mientras el ave planea
la maestría de su paciencia
 sin un ir ni venir.
El niño oye el océano en el vientre
y las olas huyen en las caracolas
al nacer la madre en el llanto del hijo.
Hay una plegaria,
un efímero suspiro en ese ínterin
donde todo confluye.