Sutil y suave al volar,
libélula, leve es tu soñar,
todas las direcciones son tu libertad,
amor, armonía, belleza y verdad.
Respeto tu sonrisa al amar,
acaricio tu halo en mi soñar,
sueño despierto toda la noche,
amanezco entre tu alegría y dicha.
Ingrávida eres, aérea, iluminada,
tus alas angelicales se tornan encarnadas,
tus ojos claros buscan el vuelo,
tu cuerpo prefiere jugar a danzar.
Nace una gota en el rocío de tu libar,
y en ella me torno dulce,
tu melodía se me hace infinita,
en el regalo a la eternidad.