Oh quisiera despertar un día...
y notar emocionado
el rumor de nuevos vientos
y ver que todo ha cambiado.
Notar la calma que reina
sin tensiones enfermantes,
silencio: no por el miedo
sino por la paz reinante.
Oh quisiera despertar un día...
y oír sobresaltado
los gritos desaforados
y mil voces a porfía.
Y salir apresurado
espectante y asombrado,
y ver a todos llorando
y gozosos abrazados.
Y al preguntar yo , Que pasa?
con lágrimas y con risas
me digan, Pues no lo sabes?
Ya cayó la tiranía!...
Oh quisiera despertar un día...
y respirar extasiado
aire puro y sin cadenas,
y no de muertes viciado
Que al monte pueda salir
y con gozo así apreciar
sin nadie que me lo impida
mi bello, mi patrio lar.
Oh quisiera despertar un día...
y apenado contemplar
a las madres enlutadas
que a sus hijos que cayeron
un tributo van a dar.
Ver las esposas, los hijos,
hermanos y amigos todos,
mirando con faz serena
sin temores y sin odios.
Ver a todos los ausentes
de tierras lejanas volver,
verlos postrados dar gracias
y de la paz y el progreso
dignos la tea encender.
Oh quisiera despertar un día...
y ver de cada cuartel
una escuela, un hospital,
donde se enseñe sin miedo
toda ciencia y la moral...
donde el enfermo, el inválido
puedan su mal aliviar,
donde el huérfano, el caído,
puedan también reclamar.
Ver de cada bayoneta
un arado, un implemento,
que hiera la tierra pródiga
para que brinde el sustento
de aquellos que sudorosos
en jornadas calcinantes
mueren de inanición
al tirano enrriqueciendo...
Ver a todos los labriegos
cultivando su parcela,
y vendiendo cuando quieran
y al precio que les convemga
el producto de su esfuerzo
arrancado así a la tierra.
Oh quisiera despertar un día...
no más honra al asesino
ni desfiles en su honor,
ver que de amargo recuerdo
de triste pasado siniestro
ya no queda ni el rumor.
Que junto a la paz impere
la justicia y la equidad,
que todos seamos iguales
ante jueces y jurados
y que haya fraternidad.
Oh quisiera despertar un día...
que ya nuestros hijos puedan
libremente transitar,
que no les humillen ni vejen
y no se les encarcele
por la libertad amar.
Y ver que todos alaban
como dicte su intelecto
al Dios justo, al Dios recto,
sin que se fuerce a aceptar
tal forma de religión
o tal modo de adorar.
Oh quisiera despertar un día...
y ver que todos marchamos
con el fusil en el hombro
de la libertad en pos,
y si la muerte me abate
no me importa si con ello
ha caído el opresor.
Oh quisiera despertar un día..
que los derechos humanos
puedan ya ser proclamados
sin hipocreseia falaz;
no más muertes ni torturas,
ni cárceles ni mentiras,
y que cese la crueldad.
Que la prensa esté sin trabas,
que toda literatura
de moral y de cultura
pueda libre circular,
ya no más noticias falsas,
que el periódico y la radio
digan siempre la verdad.
Oh quisiera despertar un día...
ver que no se nos explota,
y ver mejores jornales,
que veamos el producto
de nuestro esfuerzo y sudor;
que cada hogar sea un sagrario
y que no haya más miserias
sino gozo, paz y amor...
Oh quisiera despertar un día...
y gritar as voz en cuello:
Abajo la tiranía!
y gritar a pecho lleno:
Que viva la libertad!...
Oh quisiera despertar un día
y sentir que mi cadena
rota está.
R. Gruger / Junio 1959
donde el enfermo, el inválido