Su mirada tierna brilla
y hace crecer la semilla
que en mi corazón estalla
mientras la mañana calla
Su juventud me hipnotiza
me arrasa, me pulveriza,
esconde todas mis canas
me devuelve a la batalla
Su nombre es ya mi morada
donde sueño y encuentro hadas
tiene la sonrisa dulce
su rostro bonito luce
Lleva aretes de amapola
que me miran si está sola
ilumina los días grises
los convierte en días felices
Y si le mando un poema
ruborizo a la sirena
me pide que sea su amigo
me mata no darle abrigo
Es un sol que anda escondido
es la luna y el camino
Jùlia es niña, y un diamante
me observa siempre distante
Y yo le escribo y le cuento
lo que me pasa por dentro
pero son ya muchos años
los que tengo, no le engaño
Ando confuso y revuelto
enfrentado a lo que siento
tengo un dilema en las manos
ella es libre y yo un vasallo
Por eso invento esta historia
que se guarde en la memoria
para que deje el recuerdo
de este legado momento
Los aretes de amapola
Los que me revolucionan