Luis Roberto Otero

Vaya cielo

Lugar en que el placer crea una dosis de diversión

que pronto será pagada por vergüenza, pena y desolación.

cincuenta tal vez cien seres que se entregan a un vicio,

una o dos jarras, tres o cuatro cigarrillos

cinco o seis corazones brutalmente heridos.

 

Dentro de la depravación, a lo lejos

una mujer ebria lloraba tan inocente,

vestida completamente de negro

incluyendo su lamento dado por un mal momento,

Pobre, pero que se supone que haga yo.

 

Una botella que pasa de mano en mano

y que viaja de boca en boca como una puta,

¿Quién será quién más beba?

¿Quién será quien primero muera?

 

Dos desconocidos amando solo sus cuerpos,

llegará un tercero, y si a él le desagrada

una simple y absurda pelea se dará.

¿Quién ganará? Nadie, ebrios están.

 

Personas luchan por entrar a este cielo

mientras yo busco salir a

mi propio infierno.