Amor latente, por ella sigo, cual
víscera ardiente, apagar no puedo,
me esmero no perecer en duelo,
noche serena, desigual sosiego
Mil caricias, sus labios, mis manos,
opimos besos en nuestros eros,
esas vísceras evocan contactos,
roces rutilan hacia los sentidos
Volátiles y lisonjeros olvidamos
en fábulas de promesas, nutridos;
sin desliz, sin teatrales cumplidos,
abismando rumbos, y hechizados
Este amor que desvanece celos,
argumentos no ansían el reproche,
el juego de bien entrada la noche
cauteriza cien impulsos filantrópicos
¡Y… al alba, erramos altruistas!