Los días se me están pasando largos
y se me han hecho tan amargos
los momentos que paso sin ti...
Estoy que llego al desespero
porque ahora que sé cuánto te quiero
tú ni te acuerdas de mí.
A veces no sé si llorar o reírme
y no puedo en verdad decidirme
a olvidar lo que perdí...
De qué valen mi risa y mi llanto,
si mientras yo te recuerdo tanto
tú no piensas en mí.
No sé si pedirte perdón
o dejar que una emoción
excuse los errores que cometí,
todo cuanto diga será poco,
ahora me estoy volviendo loco
y tú ni pendiente de mí.
Y aunque no eres de las que humillas,
yo me pondría hasta de rodillas
para darte el amor que no te di,
pero creo que por necio y por cobarde
ya se me ha hecho muy tarde
y tú no te acuerdas de mí.
Ahora veo tus fotos y las beso
pero sé que no hay regreso,
no podré ser ahora lo que antes no fui,
porque aunque te obsequie el universo
y grite ¡TE AMO! en mis versos,
ya no te acuerdas de mí.
Por estúpido, por insensible
he convertido en un imposible
nuestro amor, sueño que nunca viví,
por no reconocer lo que me conviene.
Ya lo ves, aquí me tienes
¡enamorado como nunca de ti!
De angustia tengo el alma llena
y no sé si valdrá la pena
que diga lo que sea que pueda decirse.
Y es la verdad, mejor no invento
porque a estas alturas del cuento
no hay tiempo para arrepentirse.
Porque fíjate, volví muy decidido
a luchar porque tu olvido
no me dejara caer como caí.
Y aquí estoy que me humillo, que te imploro,
que sufro, que muero, que lloro
y tú... ni te acuerdas de mí.