Raiza N. Jiménez E.

A tú Jesús.-

Todo aquello que tú siembras allí permanece.
Señor, cómo no decir que ante ti tomé mi cruz.
Hubiera querido no saber que el amor perece.
Cuantas veces, de rodillas te rogué, por la luz.
*-*
Señor, cómo sacar la culpa de no haber estado.
Acá frente a ti, mi razón se apaga y pierde brillo.
Vine a pedirte a ti, a un ser herido en su costado.
Nada me ata a este mundo y acá dejo este grillo.
*-*
Al verte herido y cabizbajo, veo en mí, debilidad.
Tú mi Señor, con tu dolor y tu pena eres ejemplo.
Te entregaste en vida para salvar a la humanidad.
Es triste sólo verte en mi alma y en algún templo.
*-*
¡Jesús, sé sin temor que tú, eres mi Alfa y Omega.
Hoy, sin dudas, por los dos, mi alma santa ruega!