El fantasma de mi calle
te congela con una mirada cortante.
Su paso se hace muy lento
por abrir un melodrama
o por sarcasmo.
Es la síntesis de una imagen espectral.
Abre un diálogo o un juicio contra mi cuerpo
subyugado por estupor.
No sé, aterrado.
El temblor del cuerpo
es una forma de dialogar con lo desconocido.
Tiene hundido el pecho
como si no tuviera corazón,
encima lleva un crucifijo
como clavado.
Su torso cubierto por una tela transparente,
expone la crucifixión de los jesuses.
Hay un silencio obsesivo.
Todos miramos y se me ocurre
piensan lo mismo,
¿por qué no?
El joven está despellejado
Porta esa desnudez violenta.
Enfermiza
Tendrá quince años
y su espalda es recta,
anormalmente recta.
No parece natural su cuerpo
Parece de los que llevan la muerte a cuestas.
Alguien tiene que romper ese miedo infundado
No sé, salir a su encuentro y estrecharse
sin quedar petrificado
por un absurdo terror
y con esta impotencia insoportable.
©JoséLuisGalarza