Alejandro

Antojos

También hay días

en que no se me antoja ser poeta,

mejor, quizá, una bicicleta

un columpio, una farola,

tal vez, también,

el último segundo de una hora.


O ser simplemente algún sonido,

la sensación inherente

de un viento frío,

una palabra, una letra,

el murmullo que ronda la maleza,

un grano de arena,

una pestaña,

un fragmento de nada en una telaraña.


A veces soy más de lo que soy

y menos de lo que existe de mí,

a veces y en las noches

se me antoja a ratos ser todo

y nada, posiblemente sólo quiera

llegar hasta la mañana.