Francisco M. Ortega

doble vida

soy ese hombre que sentado en un parque

toma pastillas contra la pesadumbre

y al fresco espesor del aire

embadurnado de pájaros

desayuna con nostalgia

en monólogo de entrañas

 

turbias flores lo rodean

regadas por la luz y el azul que pace

 

y la vida ofendida pasando por delante

con su desastre caudal de segundos vertidos

su deflación prosaica

la mentira palpable

 

entonces recuerda aquel flaco estudiante

que alelado y perdido

volvía a casa testeando

la lánguida soledad de las ciudades

caminando como un extranjero

en tierra de nadie

y su corazón campo de minas

estallando a cada paso

sin entender qué pasaba

ni saber el temprano signo

de cuanto le esperaba

 

ahora tengo dos vidas

en una siempre muero

y en la otra vivo

aferrado al instante

a este instante