Reflexion del alma.
Pintada de pena tengo mi casa, por los balcones tristes, la angustia se desrama y por las plantas secas caen las lágrimas.
Los cristales opacos impide que el sol ilumine la casa, la penumbra esconde la dudas de si la vuelta posible será.
La oscuridad okupa mi morada, las noches en los días se instalan, las mañanas claras callan.
El eco en la lejanía, mi voz arrastra, el viento enojoso expande las añoranzas.
Por las pestañas del alma, el llanto se escapa, ocultando los deseos en las noches largas.
Parada la ida, la vida aquietada en las noches, los dorados sueños tras formados en hojalata.
Una simple palabras daña el corazón y una mirada tierna, le quita de todo dolor.
El ir quedo estacionado, y nosotros en el adiós quedamos olvidados.
Las llamadas no llega a las horas acostumbradas, tu voz náufraga en el mar de la distancia.
En mi corazón, las heridas no curadas a mi pecho maltrata, reflejando en mi cara, la ilusión escapada.