Cuánto te amo, vida mía,
vives en mi corazón,
eres la única razón
de mi perenne alegría;
eres dulce melodía,
esa secreta prisión
convertida en obsesión,
secreta melancolía;
me trataste con ternura,
con leal sinceridad,
me enamoré con locura
de tu suprema bondad;
la causa de mi locura,
mi poesía y verdad...