Arando vas tu destino, campesino
de rostro melancólico y adusto,
regando sueños vas por el mundo
labrando largas parcelas
de trigos y maizales,
tus manos explotadas son
tras largas jornadas mal remuneradas
te gratifican llamándote ¡mojado!,
que vas tras el falso sueño americano.
De tus manos brota vida
la flora y la fauna fecundan
la savia de esperanza
el fríjol sus vainas brinda en tu honor,
¿por qué mejor no te llaman, bienaventurado?
Bendita greda, venerable cielo que te ilumina,
tus manos explotadas son por el patrón
quien no tiene de Dios perdón.
Contratante estafador, anatema
subastas las santas manos de tu hermano
en Tierra extranjera sin importar,
que bajo los calcinantes rayos del sol muera.
Contratista abusón, inhumano e injusto
tú no tienes corazón, ¡timador!
te arrastras como reptil,
igual a Judas Iscariote
vendes a tu propia gente.
Vives acerando tu filoso diente
por un puñado de plata,
subastas tu honor al mejor postor
ignorando lo que el campesino siente
al laborar arduamente
por una mísera remuneración.
El agricultor sólo apacigua
el hambre de tanta gente,
quienes lo discriminan y explotan injustamente,
le recompensan apodándole
despectivamente, ¡campesino inmigrante!
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata.
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