Clavame el puñal con tu mirada
y quítame la esperanza que me queda,
¿Por dónde yo caminaba en la vereda
recibí los flechazos de mi amada.
Cualquier cosa diera por mi vida
si a tu lado amarte se pudiera,
así obedeceria sin fe perdida
que yo iré a dónde el amor quiera.
Mi alma por ti, acepta la muerte
y el dolor del toque de campanas;
la misma que anuncia perderte.
Sin más poesías en las mañanas
que anuncie las ganas de verte,
no serán más que palabras vanas.