Sombría tarde de julio…con realidad de domingo,
de pálido semblante…
y ambiente lúgubre…
agobiante.
Gélida tarde…
más fría que de costumbre…
y más abandonada que antes.
La tarde pinta de triste,
con las emociones colgadas de la desesperanza…
y las ideas secuestradas por la incertidumbre.
Otro falso sosiego,
otro momento de embustera calma.
Mentirosos transcurren los instantes…
queriendo ocultar su pesadumbre,
intentando mostrarse de valientes.
Otra vez triunfa la melancolía.
Derrota la nostalgia a esa breve fantasía.
La realidad vence a la imaginación…
y la ilusión sucumbe…y se disipa en lo trivial.
Mi algarabía de papel se eleva en el huracán de las dudas,
y mi eufórico delirio se apaga en el rito de lo cotidiano.
El carruaje del destino… llegó por mi…
y afuera, la tarde espesa…cubierta de bruma…condensa su intemperie.
Se alista el ocaso de la tarde para el oscuro cortejo.
Voy de regreso a mi silencio…donde mi soledad me espera.
Vuelvo a mi hogar de sórdida añoranza…
a indagar en mis sentimientos…
la inspiración de sentidos versos…que iluminen nuevos poemas.
Tarde del último domingo de julio…tarde de viejos dilemas.