Mantengo intacta mi fiebre de ti,
la noche es una profetiza ebria
que olvidó predecir tu nombre.
De nuevo somos dos,
su laboriosa oscuridad,
tu nombre prematuro.
La poesía se marcha,
recoge los hollines de tus vocales
y toma el primer rayo piadoso de luz.
Mantengo intacta mi fiebre de ti
y el día es otro profeta ebrio.
LRL
31-7-2023