REFLEXIÓN PARA UN BORRACHO
¡Oh, borracho pendenciero,
que buscas con las bebidas
solucionar en tu vida
los problemas, compañero!
¿Acaso está en el alcohol
la respuesta y sentimiento
para olvidar un amor?
¿O es tu gran remordimiento
que te suprime el valor
para afrontar los momentos
en que sufres un dolor?
O ¿es qué acaso está en el vino
la salida y la razón
para dar al corazón
el alivio a un desatino?
¿qué poder tiene ese ron
con su sabor tan chocante?
¿qué? ¿te brinda la ocasión
de borrar tu vida de antes?
Tú, pobre hombre, en las copas
buscas hallar el consuelo
a tu problema y desvelo
y sin saberlo te dopas
y te haces dependiente
y haces tú existir amargo
en cada sorbo más largo
que consumes de aguardiente.
Y bebiendo, poco a poco,
vas matando tu existencia
¿acaso no tienes conciencia
o quieres volverte loco?
Yo que sé de beneficios
pero también de tus penas
yo te pido en hora buena
que dejes por fin tu vicio
para hacer tu vida plena.
¡Levántate ahora borracho,
no seas irresponsable
porque serás el culpable
del error de tus muchachos,
pues esos pequeños niños
quizás hoy tienen su madre
pero tú que eres su padre
no le brindas tu cariño!
¿No piensas que con los tragos
tú malgastas tu salario
y causas grandes estragos
para comprar el pan diario?
Y llegas sucio y cansado
pareces, a veces, demente
y por estar embriagado
no das amor a tu gente.
¿Piensas acaso que la vida
entre copas da sus frutos?
Sí sigues así habrá luto
tu vida estará perdida.
¡Oh borracho, Oh mi amigo
deja ese vicio maldito
o tendrás un gran castigo
que no se cura con gritos!
Deja esa bebida ahora,
pues tu conciencia que es juez
y es atormentadora
te hará juicio en tu vejez.
Y entonces tú llorarás
y tu mundo será gris
¡amigo te lamentarás
porque serás infeliz!
¡escucha bien mis palabras,
óyelas porque son benditas.
Deja esa traba macabra
tu gente te necesita!