Huye mi mirada de la tuya
de tanta belleza y brillo
ingenuo es mi martirio
no hay nada que destruya
el férreo amor que florece
y en mi sonrisa que bese
las mieles de tus encantos;
y me cohibe entretanto
mi miedo y desespero
que siempre yo lo supero
cuando estás a mi lado
me siento superdotado.
Huye mi mirada de la tuya
cuando mi temor precluya
y mi alma encuentre la cura
de hilvanar le senda segura.