Entre las Premuras Imborrables,
Agobiadas del Tiempo,
Tiempo Desatado y Sin Rumbo Alguno
Escapan en Humaredas
Mis Versos
que se Arrodillan
entre Mudeces y Sorderas Solitarias.
Se Desmañan entre Sílabas y Letras
que Mueren
En el Último Altar
Sagrado e Inmortal
del Primitivo Terror
que Siempre Acecha.
Si has Perdido esa Memoria
que Hiere,
entre Azulinas e Incontables
Penas y Lágrimas Vividas,
Mordé ese Anzuelo!
Ese de la Impotencia
que Ni vive Ni Muere.
Mordé el Agua de la Mar en Calma
que Lava en Ardientes Sales
las Heridas Cóncavas
de tu Alma que en Brisas Supinas
Se Embriaga de Soles...
(Mientras, el Hado Azul
de la Danza,
Muerde mi Sangre Aguerrida
y Crece Sin Latidos,
Atroz!
esa, mi Historia Trunca...
(Patricia)