Blanco como la luz de la luna
Dicen que mi sangre es blanca,
la que riega el corazón
brotando con la emoción
cuando el delantero marca.
Llevo un blanco de pureza
sobre mi cuerpo ceñido,
lo llevo cuál fiel vestido
para transmitir mí fuerza.
Esas fuerzas que me dieron
antes de que yo naciera
cuán brotes de primavera
que al nacer me transmitieron.
Estaré siempre a tu vera
apoyando tu razón
para darte un empujón
recorriendo Europa entera.
Nadie será imprescindible,
lo primero es el escudo,
defenderlo será mudo
de personas invencibles.
Siempre vendrán los mejores
y vendrán, más juventud
repleta de gratitud
para hacerse aquí mayores.
Seguiremos como antaño
recordando los valores
con sudor y con dolores
sin que nos lleven a engaño.
José Ares Mateos (Menesteo)