Artista, sí,
en mis manos llevo
las raices de un poeta,
poeta de labrar madera.
Creando versos ensamblados
curvos, rectos, etéreos
con la experiencia
que otorgan los años.
Formon, martillo, tacos,
goma, prensas, lija fina...
Tanta herramienta para qué,
a veces a mis mañas
me las apaño.
Maestría heredada,
arquitecto innato
de la universidad vívida
que en cada estrofa acabada
la belleza de mis obras
van tomando forma,
entre rimas diminutas de virutas
y aserrín de corte de sierra.
Al final mis manos
impresas de historias
repasan verso a verso
con la caricia que dan
la suavidad de mis dedos
cada tramo de la obra
ya materializada.