Sientes el magma hervir dentro del pecho,
un insondable vacío en tu interior
los ojos secos, ni lágrimas te quedan,
una mortaja te asfixia el corazón,
todo está oscuro, el cielo, las callejas
no hay sol ni luna, tan solo confusión.
El viento aúlla detrás de los cristales,
piedra y granizo golpean el portón,
los truenos baten con furia sus timbales,
los rayos hieren los cielos con furor,
sientes la muerte rondar los soportales
con su guadaña de odio y de terror.
Hay que escapar de ese infierno lacerante,
hay que volver a vivir, a desear,
recuperar esas cálidas auroras
que hace unos años te hacían despertar
en un oasis distinto cada noche,
en un mañana de luz y de ilusión,
salir al campo, perderte por la playa,
bañarte en cueros, bailar, jugar, cantar.
La depresión es un monstruo de mil rostros,
es un dragón escupiendo fuego y hiel,
toma tu espada y siega sus cabezas
una tras otra si vuelven a brotar,
busca esa mano que espera tus caricias,
toma la senda hacia la libertad,
solo el amor podrá romper las rejas
que te separan de la felicidad,
monta a su grupa y galopa por la vida
busca esos labios que te quieren besar
que no hay más tiempo que el que late en tu pecho
ni más barreras que el miedo a fracasar-