Haz Ámbar

Crónicas

Es así la cosa fina

que se entibia en tu vacile

mientras pasan hoy los climas

en su limbo de artesanía 

inadvertido mientras tanto

no me asfixien

más que erratas;

esto que arriba se desata

y denota lo vasto

que pervive en la sombra

 

Se hace mía la desidia

de otro día imprevisible

que en las cenizas encuentra su camino

hasta rendirse

por si es que así 

la vida misma me incita 

por sí sola a seguir

 

Si realmente puede excitarme una rima

como una chica que se arrima

a mi maldita cripta aquí 

ya con la química en su arritmia

irresistible como dicta a sentir

que sea por supuesto ahora mismo

con su abismo a las puertas

del infierno incrustado 

a esta avidez

 

 

Como dura un pestañeo de los tuyos

me hago puro y me destruyo 

en lo alto del instante, 

adherido a este desastre

que me insta a proclamarte

con un algo aún insano

rondando en los genes, 

germinando a diario

de un abstracto pastel

 

Aplastada la esencia se ve

y parece que muere

en el colapso creciente

mientras dure la niebla

todo en torno frecuente

que se cuente después 

 

Yo que soy listo me hago cargo

de llevar encima metidos fardos 

de talento que desbordo

si el tiempo pasa lento

sobre mi templo en un renglón

que engrosa el desorden

de mi mente aún impoluta

 

No discutas que lo disfrutas

hasta el cansancio

más tarde. 

No te inmutes si te asalta

luego mi pánico 

a sufrir de situaciones como esta

que se encriptan en la piel 

(sonido ambiente presente

en lo que se cuece en respuesta

a un interno placer

al ser quien piensa

lo que puede ofrecer...)

 

Practico esta apuesta aún incierto a paredes

volviendo siempre que la cuenta me tiene

reservado el misterio, de esta realidad aparente

la explicación verdadera

mientras aún algo se enreda esta sed

del azar prisionera

sin más gracia que la que es mera

fantasía de mi mente enferma. 

 

No me olvido un solo detalle

de lo que es tanto envidiable 

que uno viva en su ocaso

disfrazado este caos

en todo lo que irradio

mientras arde un hemisferio

de pasión descontrolada

y el otro se hace cargo

de mantener mi vaso lleno

de licores insanos

que me llegan hasta el alma

vomitar ante un extraño

 

Lo demás es obligado

que sea para siempre el no cambiar

y seguir inconsciente perturbando la calma

de las noches sagradas

por las que sangro hasta hartarme

aún más tarde de esta incógnita

y parar al animal que dentro late

con descaro sobre el fango habitual

de lo que encima es importante

y se valora como el aire

disecado en esos cofres

que se encogen al tocarlos con el alma