Emmanuel Tor.

Para mi hermano.

Tu sangre y la mía son la misma, solo fue repartida. Dos corazones, cada uno en mundos lejanos y distintos. Pero unidos para siempre, tan fuerte lazao que la competencia e indiferencia son impotentes ante su dureza.

 

Jugaron a ser felices cuando eran niños, olvidaron que no debían de soltarse. 

 

Tan cerca de tenerse, tan lejanos de acercarse, pero unidos para siempre .