Tarde dorada
cielos azules
casas olvidadas
huecas y despintadas
les llega la penumbra.
Luz de la noche
ocultas la realidad
lloran los niños,
abundantes y mudas
el brillo de sus lágrimas
atormenta la garganta
Se retuerce el estómago
escasea el pan
se hace habitual,
vienen los golpes
no saben que el vicio
trae brutalidad,
a tientas va a su lecho
con agrias palabras
dejando atrás la calamidad.
Falta el cariño
ecos se ensanchan
huele a orfandad,
las manos sucias
con sus caritas
se acurrucan
duermen pensado
que mañana
viene la felicidad.
La indiferencia pública
en las calles alumbradas
donde viven los héroes
con sus casas altas
se hacen los sordos
a lo que pasa,
creen son torrentes
de sombras en derrota
y les dan puras estocadas.
Lale Neda©