31 DE DICIEMBRE
Y cómo me siento hoy 31,
cuando la noche acaba de morir sin ti?
Y es que este año que bajó de la Luna,
es el comienzo de un dolor eterno.
Dolor que latente ha estremecido
mi ritmo, mi oído y...
El año que muere es triste,
y lo es por tu ausencia infinita,
que siempre me angustia.
Por tu voz y tu aliento,
que son cómplices en esta hora.
Y por tus labios y tu boca,
que han marcado un sendero preñado
de ilusiones y cosas bellas,
cuando yo, sólo, duermo
los últimos sueños del año,
entre bostezo y bostezo...
Te pienso porque así bella y coqueta,
enredaste la senda
que Dios había labrado para mí...
Un Dios que supremo o no,
abandonó mi suerte en un arca,
que a la deriva huye,
o más bien regresa en lustros
de rosas o azucenas...
tal vez espinas.