La miré sentada e indefensa
el tiempo se detuvo en ella
renovó su piel, es bella;
su virtud es recompensa.
Ella es flor de desierto
en la arena halló puerto
del agua que la humecta
es hermosa y perfecta;
en el instante dormida
es mi musa bendecida
para elevar estos versos
de pensamiento diverso;
la observé nuevamente
y en su pequeña frente
sembré semillas de amor
para que el deseo perdure
volar con ella en una nube
y ver el cielo multicolor.