Te dijo adiós
Y el dolor se derramó sobre tu carne,
Entonces caíste, jadeando de congoja.
Trágica...
Solemne...
Como una marioneta abandonada,
Ladrando de dolor en la penumbra.
Sola...
Sin vida...
Fría la boca como de mármol,
Ciega y honda la mirada,
Como dos muros los párpados
Y un río negro de lágrimas.
Lara Ribero