Despierta y sueña,
no pierdas las caricias
del nuevo día.
Sal de la noche
penetra en los misterios
de la jornada.
Abre los ojos,
descorre las legañas
y mira cerca.
Busca a tu lado
la rosa y la sonrisa
que allí te esperan.
Luego suspira,
levántate sin prisas
y desayuna.
Canta, si quieres,
y escucha, del silencio,
sus melodías.
Hay muchas voces
que salen de las almas
y de la vida.
Hay mil sonidos
que quieren embriagarte
con su dulzura.
Y mientras tanto
alegra la sonrisa
de tu mañana.
Un nuevo día
comienza, y tú lo sabes.
¡Debes vivirlo!
Rafael Sánchez Ortega ©
03/08/23