El reloj marcaba lento
el tiempo de recordar
ese hombre tan atento
que me tuvo que cuidar.
Tan profunda la mirada
que me clavaste al pasar,
fue la novia equivocada
caminando hacia el altar.
Aquella triste mirada
en la puerta de aquel bar,
fue una simple despedida
que a la playa fue a llorar.
Cantò y bailò aquel marino
Bendita copa de vino!!
ese abuelo elegante
de algún corazón AMANTE