Francisco M. Ortega

paspartĂș

 

nacemos para morir

solo nos queda el amor

un poquito de ternura

y algo de imaginación

para restar de esa dura

condena de combustión

los instantes de hermosura

con que disfrutar al sol

esta pequeña aventura

que es vivir en la emoción

de haber sido en la dulzura

y en el áspero amargor