Calla! En tus iris
hay musgo de mis sienes
que cabalgan y, sin hacer ruido,
se escuchan sonidos de metálica
palanca. Escucha! Bajo los puentes
inmensos, hay luminosos que fraguan
imperios decadentes. No, es el suicidio
de una sola hoja, el que incrementa
la tasa de natalidad de los años estériles.
Y en las avenidas abandonadas, se sumergen
niños de perfume insalubre, raíces
hondas del desasosiego interno.
Respiras y te cansas, las órdenes
de este mundo inédito: cabalgan
bajo tu frente, un esplendor de torres
infinitas y nefastas, una acumulación
de espejos, que nos delata.
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