Francisco M. Ortega

Eternidad

Yo quiero ser la sombra que no se nombra.
Estar, permanecer, siempre en todas las cosas.
Ser viento enamorado en los rostros de sol.
La herrumbre de los besos. Molécula de amor.
Yo quiero ser el vuelo invisible y callado
del ángel cuando pasa entre dos cuerpos juntos.
La duda del deseo a punto de estallar.
Y quiero ser instante permanente en los labios
que, a punto de besar, permanecen unidos
rogándose vibrar al cielo que los ata.
Turgencia de los días, savia, limo y olor.
La dulce decadencia del cansino sudor.
Yo quiero ser abismo de la vida que envuelve,
derrota de su muerte en hálito letal.
Susurro oscurecido en un rincón del mundo.