Luis Roberto Otero

Sin destino

Viajo, suelo hacerlo sin saber caminos,

Si viajará sabiendo mi destino,

sería absurdo llamarme viajero,

-más bien, sería algo así como un cordero-

 

Si el camino ya está planeado,

¿ por qué debería seguirlo?

Dudo, si es que existe, pueda cambiarlo.

Si mi rumbo ya está pactado

¿Vale la pena vivirlo?

 

Trato, pero no puedo dejar de pensarlo.

Confío en que no existe tal cosa como es el destino,

pero, si de casualidad existe

¿Estoy obligado a seguirlo?

 

Total, cualquier camino culminará en mi propia muerte.